El día dos de agosto iban mis primos de visita a casa de mi hermano. Así que, aprovechando que tenia que practicar, me animé a hacer unos minicupcakes de chocolate negro con pepitas de chocolate blanco, de la receta del libro de Alma. Lo único, es que cambié el buttercream y lo hice de chocolate blanco.
Con esa prueba, he aprendido varias lecciones.
La primera: Es que es cierto que las cápsulas de Wilton no son muy buenas, se engrasan y pierden el bonito color que tenían. Ya lo había leído varias veces en internet, pero pensé que podría ser como con las distintas marcas de fondant, que según la persona, le va mejor una marca u otra.
La segunda, es que es muy complicado trabajar con mantequilla y chocolate derretido en pleno agosto. Eso de que cuanto más bates, más consistencia tiene la crema de mantequilla... no es cierto o, al menos, en este caso no funcionó. Lo único que pude hacer para que la crema adquiriera algo de consistencia fue meterla en la nevera. Con eso, se espesó un poco, lo suficiente para que quedara medio bien encima de los minicupcakes pero, hacía tanta calor, que terminaba de hacer el dibujo encima del cupcake y se empezaba a derretir :( Así que, corriendo los terminé y otra vez a la nevera para que se mantuviera la forma. Lo peor, aún estaba por llegar y es que nos quedaba un transporte de más de media hora a las 4 de la tarde.
Reconozco que las fotos no son muy buenas pero, como he dicho antes, se me estaban derritiendo.
Para adornarlos, les puse petazetas de chocolate.
