He estado algo liada últimamente. Bueno, con la peque, siempre estoy ocupada.
Tengo que empezar diciendo que por fin este año he podido acudir a Expotarta. Allí que estábamos el viernes a primera hora la peque y yo. Pude acudir a algunas demostraciones interesantes, pude ver lo alucinantes que pueden ser algunas tartas y ver que aún me queda mucho camino por andar para que mis tartas sean perfectas pero tengo ilusión por seguir avanzando paso a paso.
Tengo que resaltar un par de cosillas sobre Expotarta.
La primera, que he conseguido que Alma (www.almascupcakes.es) me ha dedicado su libro de cupcakes y me hice una foto con ella. Que, por cierto, estoy deseando que llegue finales de junio para hacer el curso oficial Wilton 1 con ella.
La segunda, es que pude conseguir una plaza para el curso de galletas de Muy dulce Vinuesa (www.muydulcevinuesa.com). Las dos hermanas son encantadores y el curso me gustó mucho. Aquí os dejo la imagen de alguna de las galletas que decoramos. Son preciosas.
Y ahora, voy a hablar sobre lo que da título a la entrada del blog, mi primera tarta de dos pisos.
Este fin de semana pasado, mi sobrina ha hecho la primera comunión y para darme algo de publicidad, mi hermano me encargó la tarta a mi en lugar de al restaurante. Lo primero que me vino a la mente cuando me lo dijo es que por fin me iba a atrever a hacer una tarta de plantas.
El bizcocho de la base mide 35 cm de diámetro y la otra planta, 25. Hice un bizcocho 4/4 en ambas plantas. La base estaba rellena de crema pastelera y de ganaché de chocolate rubio y la otra de crujiente de praliné de avellana y de ganaché de chocolate rubio.
En la decoración, usé rosas que hice a mano con fondant. Ya sé que no son motivos para una comunión, pero es que el tema de las cruces no me gusta y parece más bien de funeral en lugar de comunión. Además, ya que iba a servir de publicidad, quería hacer algo elegante que sirviera para más celebraciones.